Ojos que no quieren ver: World Press Photo en el Día Mundial de la Infancia

Actividades World Press Photo

A diez días de la inauguración de World Press Photo 2023 en Madrid, Larra acogió el 20 de noviembre un acto que sirvió como aperitivo de la muestra. Con motivo del Día Mundial de la Infancia, se trató de una mesa redonda titulada “Ojos que no quieren ver” y realizada en colaboración con la ONG Save The Children. Porque si algo hace esta exposición que premia cada año al mejor fotoperiodismo y periodismo documental del mundo es poner ante los ojos temas que muchas veces se silencian o no se quieren mirar; y los problemas de los niños y niñas son uno de ellos. 

En la conversación, moderada por el periodista Fernando González (Gonzo), contó con la participación del fotógrafo César Dezfuli, la periodista especializada en migraciones María Martín (El País) y Vicente Raimundo, director de cooperación internacional de Save the Children España. Cada uno de ellos abordó la cuestión desde su perspectiva profesional y también vital, sin eludir los aspectos más duros y emocionales de historias que a menudo son difíciles de contar.

Desde el enfoque del trabajo que realiza una organización como Save The Children, Vicente Raimundo ofreció una visión amplia de la situación de la infancia en el mundo, marcada por problemas como el hambre y las cuestiones sanitarias, y agravada en este momento en situaciones específicas como las guerras de Ucrania y Gaza. También se detuvo en la realidad española, que calificó de “anomalía injustificable” en lo que respecta a la pobreza infantil.

A partir de ese mapa amplio, la conversación hizo especial zoom hacia los problemas de los y las menores migrantes. César Dezfuli, fotógrafo premiado por World Press Photo 2023 por su proyecto Passengers, a cuyos protagonistas retrató durante un periodo de tiempo amplio, en la complejidad de su proceso y su camino, hizo hincapié en la importancia de seguir el movimiento migratorio más allá del cruce de una frontera y el paso de un país a otro. Por su parte, María Martín hablaba de frustración: después de años dedicándose a narrar historias de personas que migran, siente que éstas se repiten “cambiando los nombres de los protagonistas”, en un bucle sin salida de violencias y discriminaciones a las que no se pone solución. 

Una preocupación común era la de cómo volver a suscitar empatía en un público saturado por imágenes del horror. Gonzo lo ilustró con una anécdota: cuando trabajaba en El Intermedio, en una ocasión el programa se centró en historias de América Central. Así pudo comprobar que, tras muchos reportajes sobre migrantes en distintas partes del mundo, fue con este, en el que los protagonistas hablaban el mismo idioma que los telespectadores, cuando por primera vez recibieron llamadas telefónicas al programa de espectadores que querían ayudar de alguna forma a las personas que habían contado sus historias.

Frente a la polarización política, toda la mesa expresaba una certeza: es una cuestión de derechos humanos. “La gestión de refugiados de Ucrania demostró que era posible hacerlo bien, y que ni Europa ni España se rompían por eso”, apuntó Vicente Raimundo, “así que la pregunta es por qué no lo hacemos así siempre”. Para ese cambio, coincidieron también, los medios de comunicación son imprescindibles: es necesario apostar –e invertir– para contar historias de otra manera, cambiar la dinámica de representación normalizando y poniendo en el centro a las personas, sus situaciones y sus vidas, conectar con una realidad cercana y normalizada, capaz de devolver la atención y el interés sobre los temas que se están abordando. 

Algo que consiguen también las fotos que se expondrán en Larra – Laboratorio de Periodismo entre el 1 y el 21 de diciembre, que como siempre en World Press Photo ponen el foco en temas a menudo desatendidos por los medios de comunicación, y que sin embargo tienen un enorme impacto sobre la realidad de las personas. 

Porque ante los ojos que no quieren ver, nada mejor que poner una imagen… y voluntad de conversar sobre ella.