Noche electoral con Future Policy Lab
Hay cosas que es mejor hacer en compañía. Una noche electoral, por ejemplo. En
Future Policy Lab nos dedicamos a pensar los escenarios políticos en los que vivimos, y
a nuestras amigas de Ephimera les gusta hacer de anfitrionas de encuentros en los que
tener buenas conversaciones mientras se toma algo. Perfect match: convocamos a
nuestro entorno de politólogos, periodistas, investigadoras, amistades varias que
estaban nerviosas por lo que pudiera pasar esa noche, a encontrarnos en el espacio
Larra para compartirlo en torno a unas cervezas.
Las del 28 de mayo eran unas elecciones importantes, como seguimos comprobando
en su onda expansiva. Si en este país las municipales y autonómicas sirven a menudo
de termómetro o de interruptor de lo que puede ocurrir en términos estatales, este
era un caso paradigmático. Se jugaba la continuidad de los bastiones conseguidos en el
último ciclo por los llamados partidos del cambio, la entrada o no de la ultraderecha en
(más) parlamentos, el balance de fuerzas entre los polos renovados del bipartidismo.
Muchos elementos clave no solo para la definición del mapa de gobiernos, sino
también del tablero de juego para los próximos años.
Con la cadena pública en una tele y el especial de La Sexta en la otra, la noche pasó con
la mirada fija en barritas que iban cambiando sus colores aceleradamente. ¿Barcelona
también? Hostia, Valencia. ¿Andalucía entera? Las personas asistentes echaban
cuentas, analizaban mirando hacia el pasado y hacia el futuro, buscaban su lugar de
origen en los gráficos y explicaban al resto lo que pasaba concretamente allí. En
Santiago tiene por primera vez una alcaldesa, y además nacionalista. Que Bildu era una
excepción se veía venir. Las Castillas, ya se sabe. Asturias siempre a su rollo, ¿eh? No
negaremos que en cierto momento de la noche pareció oportuno cambiar las cañas
por un chupito: la cosa estaba intensa.
A medida que avanzaba el escrutinio, el resultado se mostraba con contundencia. El
PSOE, sin derrumbarse en votos, sí lo hizo en presencia: la perdió casi toda, tanto en
ayuntamientos como a nivel autonómico. Como lógica contraparte, el PP se hizo con
buena parte del mapa, aunque la victoria venía con un regalo envenenado: en los
muchos casos en los que no contaba con una mayoría absoluta, ¿estaría dispuesto o
no a pactar con VOX para hacer efectivo el triunfo? En cuanto a las organizaciones a la
izquierda del PSOE, un fuera de juego tan incontestable como lo fue su irrupción en las
instituciones hace menos de una década.
A eso de la medianoche, nos fuimos de Larra con la cabeza abarrotada de información,
procesando en silencio o en pequeños grupos lo que implicaban las cifras, mapas y
declaraciones que habíamos visto y comentado en las últimas horas. Mucho por
reflexionar… y eso que aún no sabíamos nada. Nos fuimos a la cama sin poder imaginar
cómo amaneceríamos al día siguiente: con una rueda de prensa del Presidente del
Gobierno anunciando adelanto electoral para las generales. Las emociones no habían
hecho más que empezar.
Así que… ¿nos vemos en la próxima noche electoral?
Texto: Future Policy Lab