UN EDIFICIO CON HISTORIA

Larra 14 es un edificio singular y único, que escribe su propia historia capa sobre capa. Lo habitual en las construcciones del centro de Madrid es que se hayan derruido y vuelto a construir desde sus inicios. Sin embargo, Larra 14 se ha mantenido en su parcela original y las muchas vidas que ha pasado han ido dejando una huella que lo convierte en un lugar sin comparación.

El edificio actual se construyó en el año 1906 para ser la sede de un semanario, y ha pertenecido dedicado al periodismo toda su historia. Su estructura actual es el resultado de una serie de reformas y ampliaciones, diez en total, de este proyecto inicial erigido en 1909.

En un inicio se concibió sobre un solar de planta trapezoidal de bases paralelas, con un sótano destinado a máquinas y talleres. Lo rodeaba un patio inglés en la fachada principal y contando con dos plantas retranqueadas respecto a la alineación de la calle. La planta baja rectangular, única alineada con al calle, queda distribuida en torno a un patio interior cubierto, dejando uno trasero que también presenta fachada. 

Los usos del edificio evolucionan a lo largo de toda su historia: A partir de 1917 Nicolás de Urgoiti se hace con el edificio para instalar su grupo editorial, con las cabeceras El Sol, La Voz y la editorial Calpe. Durante el franquismo Falange ocupa el edificio y se instala allí su órgano oficial, el Diario Arriba. Posteriormente, el diario Marca, hasta 1963. El edificio es entonces abandonado hasta que en 1987 lo adquiere la actual Fundación Diario Madrid.

La primera reforma es José María Mendoza Ussía y José de Aragón Pradera, de 1917-1918, con una primera ampliación. La segunda de Agustín Ruiz de Arcaute y Pedro Muguruza en 1920, que le añade una planta completa y modifica completamente la fachada. Posteriormente, Ignacio Mazeres (ingeniero)  amplía en 1925-1926 los talleres, interviniendo también Pascual Bravo. Casi simultáneamente, Manuel Sánchez Arcas amplia el cuerpo posterior y actúa sobre la fachada del patio.

Posteriormente Carlos Arniches y Martín Domínguez hacen varias actuaciones con modificación estructural en 1932. La reforma y acondicionamiento la realiza Álvaro de la Peña López-Otero en 1990.

Entre las paredes de este edificio han escrito algunos de los periodistas e intelectuales más relevantes de España, desde Perojo a Miguel Angel Aguilar, pasando por Mariano de Cavia, Ramiro de Maeztu, Ortega y Gasset, Ramón J.Sender, Rafael Sanchez Mazas, o Serrano Anguita. Algunos, como Perojo, Ortega y Calvo Serer, fueron además políticos, pensadores o catedráticos de filosofía.

Un dato interesante sobre este edificio es que en las rotativas de Larra se imprimieron el artículo que precipitó la llegada de la República y la portada que certificó la caída de Madrid.

Así, desde finales del siglo XIX, la historia de Larra, de la calle y del edificio, de su urbanismo y su arquitectura, se interseca con la historia del pensamiento, de la política y del periodismo de Madrid y de España.